¡Feliz día a todos los profesores!

16 de octubre de 2019

¿Sabías que un profesor, durante toda su carrera, enseña a cerca de seis mil estudiantes? Este 16 de octubre celebramos su día y nos sumamos a los agradecimientos por el importante aporte que realizan al sistema educativo.

Le pedimos a tres profesores que enseñan en diferentes colegios del país, que nos contaran qué significa para ellos ser docentes, y la importancia de la vocación para seguir esta carrera.

Carolina Astorga
Profesora de Lenguaje y Comunicación
Liceo Bicentenario Andrés Sabella Gálvez de Antofagasta

De estudiante a profesora de su propio liceo

Carolina cursó desde prekínder a cuarto medio en el establecimiento educacional donde actualmente hace clases. “Una de las grandes motivaciones para estudiar pedagogía fue mi profesora de educación básica, Francisca Rozas, que era muy lúdica para enseñar y además tenía la facilidad de incluirnos a todos. Mis abuelos también influyeron, son ambos profesores”, señala.

Para ella ser docente significa tener un rol social importante “en la sociedad como en la vida de los estudiantes, no solamente por la capacidad que una tiene de enseñarles algo, lo importante es hacerles ver que ellos importan y que tienen un rol fundamental dentro del establecimiento educacional y de una comunidad educativa”, acota. Carolina hace una invitación a los futuros profesores a pensar siempre en los niños: “se merecen que una quiera hacer más cosas para que aprendan, para que se sientan mejor. Ellos merecen que pongamos todo de nuestra parte”.

Marialoreto Mallegas
Profesora de Lenguaje
Liceo Aldea Educativa Hoŋa’a o te Mana de Rapa Nui

Respeto por la identidad étnica de sus estudiantes

Recuerda que su admiración por la labor docente viene desde pequeña: “siempre me gustó enseñarles a mis compañeros de curso, además tengo una hermana profesora a la que vi muy motivada con su trabajo, y a un profesor de Lenguaje que tuve desde 7° básico a II medio muy didáctico y cercano con los estudiantes”.
Nacida en Valparaíso, el año 2003 llegó a Rapa Nui. “Quería ser un aporte significativo para la zona insular y entregar una educación innovadora, además de vivir una instancia de aprendizaje para mí en cuanto a conocer y relacionarme con una cultura, espacio y cosmovisión distinta. Venía por 1 año y llevo 16, estoy casada y tengo un hijo”, comenta esta profesora que se quedó motivada por el importante rescate de la cultura y la lengua local, en una comunidad escolar donde el respeto por la identidad étnica es fundamental.

Para esta profesora que imparte clases en uno de los cuatro colegios que hay en la isla, el rol del profesor es clave en el desarrollo, no solo educativo sino también emocional de los estudiantes. “Una influye de manera positiva o negativa, en lo afectivo, valórico, en la autoestima, ideas o intereses que el estudiante desarrolle. Por lo mismo, ser profesor para mí significa trabajar para tener un impacto positivo en los niños o jóvenes, pero creo que por sobre todo hay que tener vocación”. Su mensaje para las nuevas generaciones de profesores es claro: “estudia pedagogía porque te apasiona, porque crees en un mundo mejor donde podemos ser agentes de cambio y contribuir con la formación de seres independientes, únicos y pensantes”, señala.

Alejandro Elgueta,
Profesor de Inglés y jefe de UTP
Escuela N.°2 República de Argentina de Puerto Montt

Profesor gracias al ejemplo de sus propios docentes

Lleva 12 años trabajando en pedagogía y estudió la carrera motivado por las experiencias que vivió con sus propios docentes en la etapa escolar. “Tuve varios profes que me marcaron. En ellos había un estilo de enseñanza y de relación con los alumnos basado en el respeto y la afectividad que me inspiraron a tomar, en II o III medio, la decisión de ser profesor”, explica. Agrega que la historia se ha repetido con más de un alumno suyo. Al respecto cuenta: “recuerdo el caso de una estudiante que en 8° básico me dijo que quería estudiar pedagogía en inglés, por todo lo que había visto y vivido en mis clases; hoy está en segundo año de universidad”.

A lo largo de su carrera, Alejandro acumula historias significativas: “en mis prácticas profesionales siempre decidí ir a lugares donde realmente fuera un desafío la práctica docente; pueblos con alto índice de vulnerablidad, donde pudiera probarme a mí mismo que podía ser profesor”, señala, remarcando que “ser docente es estar guiando para la vida y eso, aparte de todos los conocimientos que debemos tener, se debe trabajar desde la afectividad con los estudiantes. De esa forma podemos marcar y marcar para bien; que los niños se sientan cómodos y seguros en el establecimiento y que, incluso, podamos ser un ejemplo para que elijan esta profesión que es muy linda y enriquecedora. La pedagogía es una profesión preciosa y más aún cuando se ejerce con vocación”, finaliza.